jueves, 29 de diciembre de 2011

3. Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870). Poeta sevillano.

XXVII

Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.

Cayó sobre mi espíritu la noche;
en ira y en piedad se anegó el alma…
¡Y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!

Pasó la nube de dolor…con pena
logré balbucear breves palabras…

¿Quién me dio la noticia?...Un fiel amigo…
¡Me hacía un gran favor!...Le di las gracias.


XIX

Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto…, la he visto y me ha mirado:
¡Hoy creo en Dios!


IX

Alguna vez la encuentro por el mundo
y pasa junto a mí;
y pasa sonriéndose y yo digo:
“¿Cómo puede reír?”
Luego asoma a mi labio otra sonrisa,
máscara del dolor,
y entonces pienso: ¡Acaso ella se ríe
como me río yo!


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